Academia LAUMONT
Receta de Kilian Garcia, estudiante de cocina de la escuela gastronómica CETT
Ajoblanco trufado con patatas trufadas rellenas de bacalao
Ajoblanco de pistacho trufado
- Ponemos agua a hervir y escaldamos los pistachos durante un minuto, los colamos y los sumergimos en agua muy fría con hielo.
- Los volvemos a colar y los vamos pelando uno a uno, una vez pelados los pasamos a una licuadora de vaso potente o un robot de cocina, añadimos la misma cantidad en agua, trufa negra rallada y medio ajo, licuamos y ajustamos la textura si fuera necesario.
- Poco a poco, añadimos el aceite de oliva en chorro, acabamos añadiendo sal al gusto, también se podría añadir algún elemento ácido como vinagre sin pasarnos por no tapar la trufa.
- Se podría utilizar también pasta de trufa en vez de trufa fresca y aceite trufado.
Guiso de bacalao cremoso
- Picamos finamente cebolleta y pimiento verde y lo ponemos en aceite de girasol con un poco de aceite de oliva a sofreír hasta que quede translúcida la cebolleta.
- De mientras preparamos el bacalao según el formato escogido, debe quedar picado en pequeños dados.
- Si tiene piel, la retiramos y la guardamos.
- Una vez el sofrito está listo, añadimos el bacalao cortado a dados lo cocinamos hasta que quede una textura cremosa, si es necesario, se podría añadir alguna crema láctica o vegetal para acabar de que quede cremoso.
- Cuando conseguimos la textura deseada lo reservamos
Crujiente de piel de bacalao
- En caso de tener bacalao con piel, para no tirarla, se puede aprovechar haciendo un crujiente.
- Retiramos la piel y retiramos la carne que haya podido quedar adherida a la piel.
- Estiramos las pieles sobre un papel apto para horno con la banda externa de la piel mirando arriba y las ponemos en el horno a 80ºC durante una hora hasta que queden secas.
- Si se quiere una forma más específica, las cortamos antes de secar, si se quiere una forma más natural, las rompemos con las manos una vez secas.
- Calentamos aceite para freír a 180ºC, una vez a temperatura, añadimos las pieles secas y las dejamos hasta que se hinchen ligeramente.
Patata trufada
- Empezamos pelando las patatas y retirando las imperfecciones que pueda tener.
- Con un cortador tipo de galletas o un pequeño cuchillo, cortamos cilindros de la patata, igualamos los extremos, las vaciamos con una cuchara voleadora y ponemos los cilindros en una bolsa de vacío.
- En la bolsa añadimos partes igual de aceite de oliva y de girasol y pasta de trufa, sellamos al vacío.
- Ponemos a cocer al vapor a 90 grados hasta que estén cocidas, dejando un punto menos de cocción para evitar que sean demasiado frágiles.
- También se podría añadir aceite trufado.
Aire cítrico
- Exprimimos las naranjas y probamos. Si son demasiado acidas, las rebajamos con agua hasta que estén bien.
- Medimos el volumen de los líquidos y añadimos un 1% del volumen en peso de lecitina de soja en polvo (Si son 300 ml, lleva 3 gr de lecitina)
- Con una batidora de mano trituramos bien, movemos a un recipiente ancho, que queden las aspas de la batidora medio expuestas.
- Vamos batiendo hasta que aparezca una espuma estable, inclinar si es necesario el recipiente.
Emplatado
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Rellenamos las patatas con el bacalao cremoso y llevamos todo a temperatura con ayuda de un horno a unos 70ºC.
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Ponemos una base de ajoblanco y encima ponemos las patatas, las coronamos con el aire cítrico, rallamos trufa por encima, añadimos unas láminas de trufa y unos microbrotes.